Froome y la fuerza de Sansón

(Primera etapa alpina)

Movistar tiene cercado a Froome pero el británico nacido en Kenia se defiende como un jabato. Su resistencia numantina del maillot amarillo es admirable. Su fuerza circula a través de ese pedaleo hipnotizante, de infinitas revoluciones, que en el fragor de la batalla es de suponer que le ponga el corazón a mil por hora, al mismo tiempo que vuelca su cuello hacia la derecha. Cuanto más trabajan sus piernas, más se dobla su cuello. Su tortícolis congénita, al igual que el cabello para Sansón, es un signo de fortaleza ¿Podrá Quintana enderezar su esternocleidomastoideo en alguno de los puertos que quedan? El de Froome es un pedaleo sorprendente, hasta ahora muy efectivo, pero puede darle  un susto ya que en agilidad extrema, como es su caso, también le puede llevar a pasar la línea roja de la anaerobiosis, pero se dice que en su ordenador del manillar controla todas sus constantes, y lo que hace lo hace con garantía científica. Nairo Quintana tiene en sus cortitas piernas la opción de tramitar una comprobación. Sin hacer nada de especial, salvo seguir la rueda de Nibali, Valverde y Quintana, Froome se encontró ayer con dos regalos inesperados: la retirada por enfermedad de Van Garderen y la avería y caída de Contador. Ambos tenían gran importancia en el bloque opositor ya que eran dorsales a vigilar y a no permitirles concesiones, lo cual significaba trabajo extra para sus gregarios. El frente realmente peligroso se ha reducido casi exclusivamente a Quintana, pues Valverde, salvo un desastre estratégico del británico, nunca será superior a ambos, pero puede ser un eslabón de oro para su compañero. Quintana es valiente y le ha lanzado el anzuelo en diversas ocasiones a Froome, sin resultado positivo hasta la fecha. Lo que parece claro es que al británico hay que atacarle de lejos. La última subida no le hace daño. Hay que atacarle pronto para que esa debilidad que ya empieza a manifestar su equipo, fruto del cansancio de llevar en butaca a su jefe durante dos semanas, le deje desprovisto de apoyos. Quintana es la gota china que puede  hacer mella en Froome. Es un ciclista joven, constante, luchador y abnegado. Ayer en el puerto final llegó a tener hasta cuatro compañeros del Movistar a su lado. Eso es un enorme caudal de confianza para las tres espectaculares etapas que restan. La nota triste de la jornada vino a producirse con la avería y caída de Contador en el peor momento del camino. Ahora,  con casi siete minutos de desventaja tendrá muy complicado incluso alcanzar un puesto de pódium, pero este epilogo alpino empezó ayer con una preciosa batalla que nada impide que pase a la categoría de seísmo en los tres días  alpinos que restan. Nada está totalmente ganado ni perdido.

Angel Giner