El Pedal Aragonés

Para dar cauce a cualquier pensamiento ciclista

Maravillosas pedaladas retro junto al Canal de Castilla

Canal 2

Adolfo adelantando nada menos que a un barco. Nunca lo habia hecho en su dilatada vida de ciclista

Nunca había estado en Medina de Rioseco. Descubrí un pueblo precioso. Todo fue gracias a Víctor y a su Gran Premio Canal de Castilla en el apartado de su Marcha Retro. Una jornada deliciosa de animado pedaleo por la Castilla de la Mesta y del transporte de cereales por el  Canal. Y de paso una extraordinaria lección de geografía. El sábado se disputó la prueba grande, la de los 160 kilómetros a cara de perro y con un viento más que considerable. Un verdadero desafío ciclista que busca convertirse algún día en una opción de ciclismo profesional. La Roubaix castellana le titulan. Es opcional el tipo de bicicleta en su desarrollo. Allí me encontré a José Vicente Gisbert (Bicisport) y a Bea. JVG la hizo para testar una de sus máquinas de cuyas cualidades nos da referencias en su revista. Es el periodista pedalista. A mi entender que todavía tiene más mérito que el gran Pierre Chany (L’Equipe) que en una Burdeos-Paris, mientras echaba una cabezada el director (Goddet) pidió una bicicleta a un mecánico e hizo un pedazo de recorrido con los profesionales. Eso era información en primera línea. Al día siguiente fue llamado al despacho del director de L’Equipe esperando un lógico despido. «Si como organizador debiera expulsarle del periódico, como periodista solamente puedo felicitarle», le dijo Goddet. Solamente la modestia de José Vicente Gisbert le impedirá hacer algo parecido a lo que hizo Chany, pues las ganas de experimentar y su calidad deportiva más de una vez se lo habrán pasado por la cabeza.

Acudimos a la cita del domingo, integrada por una marcha retro de unos 70 kms y un paseo vintage de época (concentración de bicis de época), tres miembros de El Pedal Aragonés: Adolfo Bello, Mariví y Angel. Los tres con bicicleta Bianchi, que por algo somos del Bianchi Club. Adolfo recuperó una Bianchi de mujer bellísima que estaba en el garaje de su hija y la puso a punto para la ocasión. Mariví por su parte, recuperó de su fondo de armario un estupendo vestido de época, con lazo, sombrero y guantes blancos, orquestando una bonita conjunción. No en vano recibió el premio al mejor conjunto bicicleta-vestido de época.

Canal 3

Con los nuevos maillots retro de El Pedal Aragonés

La Marcha Retro no fue precisamente un paseo pero no desmereció en absoluto. Los primeros 35 kms fueron por carreteras secundarias, típicas de Castilla, con escasos desniveles, castillos en el horizonte y siempre por asfalto hasta el avituallamiento, salvo un repechón de tierra que exigió un buen lote de infantería. No hay problema. Esas sorpresas son bien aceptadas en el guión de las retros, en este caso integrante de Retroibérica.

El avituallamiento fue excelente y se correspondió con la exigencia posterior. Un poquito de asfalto y seguidamente unos buenos lotes de camino castellano. Recuerdo especialmente el camino “apavesado” que no era otra cosa que una vieja carretera de piedra compactada como las de hace sesenta años. En realidad la piedra era balasto apisonado como el de las vías del ferrocarril. Imposible de circular por esa superficie. La solución fue elemental y consistió en marchar por el sendero de tierra lateral al estilo Paris – Roubaix. De cuando en cuando se veía en el horizonte, al otro lado del camino,  un ciclista agachado agachado como un segador, desmontando una rueda para reparar un pinchazo. En algún cruce el homenajeado Angel María de Pablos, aquel locutor de TVE que nos narraba con espíritu formador la Vuelta y algo más, bandera en mano, indicaba la dirección a seguir ¡Quién nos iba a decir hace veinticinco años que aquel locutor de voz agradable y poética nos iba a señalizar un cruce en una marcha retro! Bueno, las retro no existían cuando comentaba Angel María. Era imposible pensarlo.

Canal castilla 1

Por el pavés castellano

Pasado el pavés castellano llegamos a una zona de trampas de arena. Era un buen camino pero el viento había acumulado pequeñas e invisibles dunas que te daban buenos sustos. Adolfo y yo íbamos con la pareja (o matrimonio, no lo sé) de las bicicletas Peugeot. La bicicleta del varón, que llevaba en su haber la Eroica, era preciosa, con guardabarros y manetas de frenos dobles, como las bicis inglesas. Pero lo mejor eras sus ruedas equipadas con neumáticos anchos (por lo menos de un 28). Transmitían una gran seguridad por las zonas arenosas y eran menos proclives al pinchazo. En un momento dado pararon a beber agua y nos quedamos Adolfo y yo solos, buscando la pista del canal que con los 15 kilómetros finales nos debía llevar a Medina de Rioseco. Adolfo, que en la Eroica pinchó 4 tubulares, para la ocasión cambió de estrategia y se montó dos tubulares de ciclo cross,provistos de pequeños tacos. Al final de la marcha quedaron destrozados. ¿Qué haces Adolfo con tu material?

Todavía tuvimos que pedalear algunos kilómetros por caminos serpenteantes sobre la estepa, esperando su aproximación a una lejana zona arbolada que intuíamos era el Canal de Castilla. Finalmente abordamos la orilla del majestuoso Canal. Se trataba de un camino de sirga con dos senderos paralelos nacidos de las rodadas de los vehículos. Era un camino estrecho, muy arbolado y refrescante, en absoluto parecido al que bordea el Canal Imperial de Aragón que es ancho, triste y desangelado, casi siempre azotado por el viento o por el calor, o por ambos fenómenos. Pasamos al lado de edificios de piedra abandonados o medio caídos, que en otros tiempos debieron ser harineras. ¡Qué pena daban! En un momento dado alcanzamos un barco cargado de pasajeros turistas que no iba a mas de 5 Km/h. La propulsión la recibía mediante una gran rueda/aspa trasera, como los famosos del Mississipí. A sus 82 años, y desde los 16 en bicicleta, Adolfo vivió una inédita experiencia: adelantar en bicicleta a un barco.

Hay que decir asimismo que también fuimos adelantados por gente importante. En concreto por Iñaki Gastón, el ex-pro de Reynolds, que ha descubierto en la fórmula retro una manera de viajar en el tiempo a sus mejores momentos de corredor ciclista. En esta concentración vestía un maillot  rojo de la antigua Unión Soviétiva, sin duda consecuencia de algún intercambio en alguna cita internacional en sus mejores años.

Llegados a la dársena de Medina de Rioseco hubo un ratito de charla, a la ducha y a la comida colectiva, con la agradabilísima compañía de José Gutiérrez el mejor conocedor-practicante de las marchas retro en Europa. Hubo entrega de premios (por cierto, Mariví obtuvo el correspondiente a la mejor conjunción vestimenta-bici en el encuentro de bicis clásicas) y también el esperado homenaje a Angel María de Pablos, la voz del ciclismo en televisión durante muchos años, que según nos explicó con buen humor y sin ira, un mal día se ocupó de apagar un responsable de televisión sin previo aviso y sin la menor humanidad. Angel María, que no guarda ningún rencor, aportaba al ciclismo una dosis de cultura, amabilidad y educación  que más de uno necesita. Hace tres años recibió un reconocimiento similar desde el Campeonato de España de Periodistas con el Premio Manuel Ricol de Periodismo. En el acto estuvieron presentes el alcalde de Medina y algunos exciclistas a los que entrevistó en diversas ocasines: Enrique Aja, otro retroconvertido que está haciendo una gran labor en su tierra, Gastón, Alfonso Gutiérrez ¡qué gran esprinter era! Guillermo Arenas…

Extraordinaria labor de Víctor, alma mater del fin de semana que ocupa el G.P. Canal de Castilla, por la buena gestión del programa y por sacar adelante el inmenso trabajo que un evento de estos requiere. Es una obligación volver para corresponder a semejante labor.

Canal bici

2 comentarios el “Maravillosas pedaladas retro junto al Canal de Castilla

  1. Jose V.
    24 julio, 2015

    ¡Excelente crónica!

    Me gusta

  2. José Gutiérrez
    7 agosto, 2015

    Bonito relato y estupendo fin de semana. Saludos.

    Me gusta

Deja un comentario

Información

Esta entrada fue publicada el 24 julio, 2015 por en Sin categoría.