La edición que arranca el sábado será un Tour para disfrutarlo. Un Tour que parte con cuatro favoritos (Contador, Quintana, Nibali y Froome): un español, un colombiano, un italiano y un británico. No se puede negar mayor diversidad. Además, a este póker de ases hay que añadir a los franceses Pinot, Bardet y Rolland, que por correr en casa y por su capacidad demostrada deberán merodear en la cima de la clasificación. La maldición de no ganar el Tour ya les dura treinta años a los franceses (Hinault 1985). No me dan pena pues bastantes fechorías han hecho en la historia de la carrera con los extranjeros (por ejemplo, me viene a la memoria la pimienta a los ojos de Bartali en las calles de Burdeos). Saldrán asimismo nuevos valores, eso es seguro. Pero de entrada nos conformamos con ver evolucionar camino de las siete llegadas en alto a esta troupe de campeones. Ténganlo presente: ¡siete llegadas en alto!… además de dos finales en puertecillos traidores o “muros”. Muro Huy y Muro de Bretaña en la transición de la primera semana. Realmente apasionante.
Además, sin apenas contrarreloj esa fórmula maldita que acaba con muchos aspirantes . De esa especializada propuesta, tan solo un aperitivo testimonial de 14 kilómetros, que servirán para establecer un primer ordenamiento del personal camino del Muro de Huy. ¡Y luego el pavés! Con una etapa que podríamos llamar “Paris-Roubaix” por los siete tramos de pavés que incluye. ¡Vaya desorden excelentemente organizado!
Enfin, que Cavendish y Greipel, los dos destacados llegadores más cualificados de la inscripción ya se pueden aplicar desde la segunda etapa porque no van a tener muchas jornadas para engrosar su cuenta. Tenemos los nueve primeros días con alternativas interesantes y una segunda mitad de la carrera en la que cualquier etapa puede ser decisiva. Las tres etapas pirenaicas, pese a que se visita la cima del Tourmalet no harán otra cosa que preparar la selección. Seguirá sin transición el paso por el Macizo Central, sin duda más peligroso que los Pirineos para que un equipo de fuerza pueda hacer algo grande, sobre todo si se mantiene el calor. En los grandes puertos apenas se puede hacer labor de equipo pero en la media montaña el equipo es esencial. Esa zona es un territorio hostil, mucho más que rompepiernas. Yo diría que rompefavoritos, siempre que un grupo o un equipo con fuerzas sea capaz de lanzarse a la piscina sin saber si hay agua o aire. Recuerdo, por ejemplo, que Bahamontes cimentó su victoria en ese escenario, entre Albi y Aurillac.
Toda la segunda mitad de este Tour es un desafío diario. Ni siquiera se respeta la víspera de la carrera. Incluso ese día terminal se mantiene la incertidumbre con la ascensión a la Croix de Fer y el Alpe d’Huez. En este epílogo se ha cambiado la crono por un reto alpino. Puede ser un Tour de grandes hundimientos y alternativas o un Tour de dominio. Para el bien de la carrera sería mejor lo primero. En aras de lo que les espera en la segunda mitad podemos disfrutar de una cierta permisividad de los “cuatro grandes” y encontrarnos con algún líder bien acomodado merced a una escapada bidón, cuya eliminación sea luego una pesadilla (recuerden a Simon, Voeckler, Barteau….o muchos años atrás al ganador Walkoviak)).
Con todo esto, el desafío ciclista del mes de julio se presenta este año más interesante que nunca. Los organizadores han elaborado una oferta rompedora, aunque ya se sabe, todo depende de los ciclistas, de su interés y de su entrega. Me inclino por creer que vamos a tener un Tour muy entretenido y emocionante hasta la víspera de Paris.
Angel Giner
Por fin la primera victoria Española, Purito al fin lo ha conseguido, se le resistía el Muro de Huy, siempre eclipsado por Valverde, y mira por donde consigue la victoría nada menos que en una etapa del Tour, enhorabuena a Purito!
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Duro, duro… se les va a hacer a muchos tras el Soudet, jaja. ¿Y a mi Pinarello qué le pasa que no va tan bien como las del Sky?
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